Todos vamos al trabajo a trabajar. Solo faltaría. Pero, ¿a quien no se le va un ratito el ratón del ordenador en asuntos personales que no son el trabajo? Esas rebajas que estoy esperando, ese billete de avión para las vacaciones, esa casa en alquiler, esa casa que quiero comprar, etc…
Todos, nos guste más o menos, en algún momento de las 8 horas de trabajo le damos un vistacito a una cosa que no sea el trabajo.
Eso no quiere decir que no se trabaje: se puede trabajar perfectamente y echar emplear unos minutillos en algo diferente al trabajo.
Salvo que te hayan notificado por escrito que no puedes hacerlo. Esa ya es otra historia y debes ir con cuidado. No te vaya a costar caro querer ahorrarte la rebaja de las zapatillas y te cueste el despido.
Te vamos a contar un caso un poco particular
Estefanía nos llamó hace unos meses un poco angustiada. Tenía era una excelente trabajadora, super responsable y con un pedazo de cargo. Todo el mundo la envidaba. Se le fue un poco la cabeza y miró en su horario de trabajo y con el ordenador del trabajo lo que no tenía que mirar.
Si, se metió en páginas de contenido adulto. Porno vamos.
Justo detrás de ella había dos subordinadas suyas que le tenían ojeriza, así que estas cogieron y denunciaron en el canal de denuncias de la empresa los hechos.
La empresa cogió y en vez de decirle nada abrió protocolo y a través de sus informáticos se metieron en el ordenador de Estafanía.
Efectivamente, había consumido porno en varias ocasiones con el ordenador del trabajo y en tiempo de trabajo.
Tras muchas vueltas, la empresa cogió y le despidió.
Cuando nos llamó estaba angustiada del todo. Su primera idea era coger y reconocerlo pero pensamos que no sería lo mejor porque podría ir en su contra. Llevaba en la empresa 30 años, cobraba una pasta y era la responsable de prevención de riesgos.
Así que si, interpusimos demanda por despido improcedente, solicitando que se declarasen nulas todas las pruebas que la empresa tenía porque nunca nadie le había informado, ni de que no podía hacerlo, ni de que podían meterse en su ordenador a mirar qué hacía o dejaba de hacer.
Además como era la responsable de prevención si ganábamos el juicio era ella quien decidía si la reincorporaban o pillaba la pasta.
Al final llegamos a un acuerdo, cobro 117.000 euros, el despido fue declarado improcedente en ese acuerdo y conseguimos que ella estuviese encantada y nosotros también.
¿Por qué le fue bien a ella en ese caso?
Por que no contrató a cualquier despacho de Abogados, sino que contrató uno de los mejores despachos especializados en derecho laboral y despidos de Barcelona.
Así que ya sabes, si te las ves muy jodidas en el trabajo porque has mirado con el ordenador del trabajo cosas personales, no busques a cualquier profesional, busca a un Abogado especialista en despidos.
Siempre será más fácil que te ayuden siendo especialistas que si no están habituados a tocar estos asuntos.
Sobre el autor:
Abogado Laboralista
Lawe Abogados Barcelona
